26May
Informes de Salvador Di Stefano
26/05/2022 - Salvador Di Stefano
Economía creciendo, falta confianza y gestión
Los datos de la industria son
alentadores, el precio de las materias primas muy elevados, exportaciones
record. Mercado interno deprimido y salarios bajos. La confianza y la gestión
cuestionadas.
En el mes de junio el gobierno
tiene por delante varios desafíos, daría la impresión que el más importante es
el de bajar la inflación, algo difícil si tenemos en cuenta que la inflación de
mayo podría ubicarse en torno del 6,0% y para junio habría aumentos en
electricidad, gas y combustibles.
Con un aumento del 6,0% de
inflación en mayo, la inflación anualizada se ubicaría en el 62,1%, por ende, la
tasa de política monetaria debería ubicarse en torno del 50% o 51,0% anual. En
este escenario el tipo de cambio debería subir a un ritmo del 4,2% mensual,
para igualar a la tasa efectiva de la tasa de interés.
La suba de la tasa de interés podría
traer como correlato un cambio en los niveles de tasas de financiamiento a las
pymes y tarjetas de crédito, por ende, es un buen momento para adelantar las
compras que deseabas realizar, ya sea a título personal o en las empresas.
Los vencimientos de deuda interna
no son muy importantes y creemos que se podrán sortear sin mayores inconvenientes,
por lo tanto, no parece difícil que el gobierno pueda volver a realizar un
colchón de pesos para financiar el déficit fiscal del mes de junio.
Un punto interesante a
desarrollar es la buena performance de la actividad industrial liderada por los
bienes de capital y bienes de consumo durables. Las metalmecánicas, con
especial foco en las maquinarias agrícolas, están desarrollando una mejora en
la producción muy importante, lo único que puede detener su crecimiento es la
necesidad de piezas importadas, lo mismo sucede con el sector automotriz, en un
momento que los dólares limitan el ingreso de autopartes. Con menor desarrollo
vemos la evolución de los bienes intermedios y bienes de consumo no durables,
en este caso los alimentos no logran un avance importante.
Daría la impresión que la
industria está creciendo gracias a la actividad del campo que está teniendo un
buen margen de rentabilidad y compra bienes de capital, y la industria
automotriz que tiene un buen mercado de la exportación y excelente demanda en
el mercado interno.
Otro sector que está creciendo
es el sector de minerales no metálicos, en donde encontramos muchos insumos de
la construcción. En los últimos meses vemos que el sector está creciendo, ya
sea por la inversión en obra pública, como también el empuje de los
emprendimientos privados, en donde los inversores compran como resguardo de
valor.
Lo
que viene para el segundo semestre
En el primer semestre del año
el gobierno se vio favorecido por la mayor recaudación tributaria, el pago
estacional de ganancias y bienes personales ayuda muchísimo. También el ingreso
de la cosecha que deja un abultado ingreso de retenciones. Por su parte, también
se logró un caudal importante de dólares que ayuda a las arcas del Banco Central.
En el segundo semestre no tendremos los anabólicos de mayor ingreso de impuestos,
como tampoco el ingreso de dólares de la cosecha, y allí todo se pondrá cuesta
arriba.
En la actualidad el stock de
reservas medido versus los pasivos monetarios nos deja un dólar de equilibrio
en torno de $ 230, un precio muy lejano de los $ 210 actuales que cotizan los
dólares alternativos. El dólar está a buen precio.
Como dato a tener en cuenta,
tenemos muchas inversiones que ingresarán desde julio en adelante, como ser los
dólares chinos para la construcción de dos represas muy importantes, un nuevo
régimen de inversión en petróleo y gas, y la inversión del gasoducto Néstor
Kirchner.
Resulta muy llamativo que con
exportaciones que podrían ubicarse en torno de los U$S 86.000 millones e importaciones
por U$S 76.000 millones, el país no esté creciendo a una tasa superior. Hay que
destacar que Argentina cerró un beneficioso acuerdo con los acreedores privados
y un acuerdo muy aceptable con el FMI que posterga pagos de deuda a futuro,
generando una concentración importante a partir del año 2028 en adelante.
Conclusión
Argentina tiene por delante un
escenario económico mundial que la puede favorecer, ya que tenemos una economía
muy ligada a la producción primaria, con precios a la suba y favorables
condiciones para colocar estos productos.
La dualidad de pensamiento en
la coalición gobernante hace que el presupuesto público no sea bien gestionado
y que tengamos un gran déficit, financiado mayoritariamente con emisión monetaria.
El gobierno no logra seducir a
los capitales para financiar el déficit fiscal, ni tampoco logra que lleguen
inversiones importantes para consolidar una tasa de crecimiento del 4% anual.
Esto se ve reflejado en el escaso stock de dólares que tenemos en las reservas y
el gran pasivo monetario que tiene el Banco Central.
Los argentinos están paralizados a 564 días del cambio de gobierno, sin señales claras de cómo evolucionará la coyuntura económica y política. Si se despejara el escenario político y tendríamos más certidumbre económica no caben dudas que Argentina estaría creciendo a tasas muy elevadas. Estamos dejando correr otra gran oportunidad, con precios record de materias primas, altas exportaciones y una industria en expansión, pero con un mercado interno muy débil, salarios bajos y alta pobreza. Falta confianza y gestión, dos elementos esenciales para que una economía crezca.