
21May
Para pensar
21/05/2022 - Julieta Colella
Inflación mayorista y minorista
La alteración de
precios en una economía es un proceso nocivo que perjudica a toda la cadena,
desde el eslabón mayorista, al productor, importador directo o comerciante
mayorista, hasta el eslabón minorista, golpeando el bolsillo del consumidor
final.
Sería un error
pensar que la inflación mayorista y minorista son variables distintas que corren
por carriles diferentes. Una presiona a la otra ya que, tarde o temprano, los
aumentos que se experimentan en la parte superior de la cadena se trasladan a
la parte final.
Estudiando la
evolución de ambas inflaciones identificamos un marcado patrón de
comportamiento. Durante el año 2016, en promedio, la inflación mayorista viajó
al 2,5% mensual mientras la inflación minorista se movió al 2,7%. Al año
siguiente, ocurrió lo mismo, la variación de precios al consumidor, en
promedio, fue de 1,9% pero los precios mayoristas se movieron al 1,5% mensual.
Durante los próximos dos años ocurrió exactamente lo contrario. El
promedio mensual de la variación de los precios al por mayor fue superior al
promedio mensual de la inflación minorista. En el año 2018, la inflación
mayorista mensual fue 4,8% mientras el promedio mensual de la inflación
minorista fue 3,3% y, al año siguiente, la relación fue 3,9% para la inflación
mayorista y 3,7% para la minorista.
Entrados en el año 2020 la tendencia volvió a cambiar y nuevamente se
mantuvo por dos años. A lo largo del 2020 y 2021 el promedio mensual general de
ambas inflaciones se igualó, primero viajando a un ritmo de 2,6%,
fundamentalmente por el efecto de la pandemia, para luego acelerar la velocidad
y pasar a moverse al 3,5%.
Habiendo identificado tal patrón de comportamiento, incorporamos al análisis la evolución de una tercera variable, con el
objetivo de poder explicarlo. Resultó relevante contrastar la evolución de los
precios con la evolución del valor del dólar oficial.
El resultado fue el
siguiente. Durante los dos años en los cuales la inflación minorista superó a
la mayorista, en promedio, la cotización del dólar oficial viajó a un ritmo
inferior a ambas inflaciones. En el año 2016, en promedio, se movió al 1,8%
mensual y, al año siguiente, lo hizo al 1,5%. Esto ocurre ya que, el rubro de
los productos importados, es un rubro muy preponderante dentro del nivel
general de la inflación mayorista, afectado de forma directa por la cotización
del dólar oficial, precio al cual se importan los productos. Mientras la tasa
de devaluación fue baja, menor fue la presión sobre la inflación mayorista.
Sin embargo,
resultó que, cuando la inflación mayorista superó a la minorista, la cotización
del dólar oficial sufrió un salto abrupto. Durante el año 2018, en promedio, el
peso se devaluó al ritmo de 6,7% y, durante el año 2019, lo hizo al 4,3%. Al
revés de los años anteriores, la aceleración de la tasa de devaluación presionó
mucho al alza a los precios al por mayor, por el componente de los productos
importados.
Cuando los índices
generales viajaron a igual ritmo, se experimentaron las dos situaciones.
Durante el 2020, el peso se devaluó a un ritmo superior. De todas formas, este
año estuvo atravesado por la pandemia, por lo que hace más complejo el
análisis, porque fueron otros los factores que perjudicaron la importación y
consumo de los bienes y servicios. Durante el año 2021, la tasa de devaluación
volvió a quedar por debajo de ambas inflaciones.
La pregunta obligada sería qué va a ocurrir durante el año 2022. Durante el primer cuatrimestre, volvió a repetirse la situación de los años 2016 y 2017. La inflación minorista viene viajando a una velocidad superior que la variación mensual de los precios al por mayor. Al igual que durante aquellos años, la tasa de devaluación queda por debajo. Si bien es cierto que, desde que comenzó el año, el gobierno viene acelerando la tasa de devaluación, no creemos que logre superar la velocidad a la que crecen los precios, tanto al por mayor como al por menor. Por lo que creemos que durante todo el año 2022 la inflación minorista, en promedio, superará a la mayorista. Además, a raíz de la falta de dólares en las reservas del Banco Central, una de las primeras partidas que puede verse perjudicada es la importación, por lo que la demanda de productos importados podrá verse modificada, incidiendo con menor fuerza en la inflación mayorista.