13May
Gente joven
13/05/2022 - Gente joven
Vender al mundo: cómo pueden las pymes empezar a cobrar en dólares
Atajos y esperas para entrar en
el círculo
Con una brecha cambiaria siempre
dispuesta a agrandarse y un mercado interno cada vez más acotado por la
inflación, exportar es la meca de productores de bienes y servicios. Llegar
cuesta plata y tiempo en un camino que no siempre es lineal y en el que las
ganancias no siempre se cuentan en el primer despacho de aduana.
Exportar es un esfuerzo de tiempo y dinero, también es
una necesidad. Las empresas son cada vez más globales y los países más exitosos
tienen pymes que desafían las fronteras. Los especialista hablan del caso de Uruguay y
Chile que tienen un mercado mucho más chico que el argentino que los obligó,
con éxito, a superarse y expandirse.
¿Cómo hacerlo? El primer paso es
buscar diferenciales.
Hay que contar con un
producto competitivo, no necesariamente por el precio. Puede ser innovador u
ofrecer servicio diferencial.
Luego hay que apuntar al mercado. Hay que generar contactos. Hoy las redes sociales y las páginas
específicas acortan caminos. Participar en ferias internacionales ayuda mucho.
Y hay organismos como la Agencia de Inversiones y Comercio, que ofrece herramientas,
como talleres y cursos, pero siempre hay que tener en cuenta que exportar es un
proceso.
Se recomienda bajar las
expectativas. La exportación es un negocio de escala. No hay que creer
que uno va a necesariamente cobrar más por lo mismo. Los márgenes al exportar
contra vender en el mercado interno son en algunos casos iguales y en ocasiones
menores. Al tipo de cambio oficial, el único incentivo es la mayor
escala.
Las ventas o servicios prestados
a clientes internacionales se cobran en dólares, pero en pesos y al cambio
oficial. Con una diferencia con el blue que ronda los $ 100, el tipo de cambio
puede llevarse la mitad de las ganancias. Un exportador presta un
servicio a un precio competitivo, pero al momento del cobro su ganancia se ve
licuada por el mercado libre de cambios.
La brecha inicia una avalancha de
contratiempos y costos. El hecho de que el exportador liquide al precio
oficial hace que se encuentre en desventaja con otros países. Deberá trabajar
aún más para llegar a esos estándares y mantener los sueldos competitivos con
el mercado extranjero. Sin embargo, esa diferencia existe y puede generar una
tendencia a que los empleados emigren. Deberá volver a realizar la rueda de
capacitación, mientras que el talento experimentado se va en busca de una mejora
personal.
También advierten que las consecuencias de
liquidar las divisas al dólar oficial es aún peor para exportadores que
importan insumos. Las restricciones para el pago de importaciones obligan
a muchos a importar insumos a un valor del dólar muy superior al que se les
reconoce en sus liquidaciones.
Equivocarse en la liquidación
también puede ser costoso. Hay que conocer muy bien el régimen aplicable
a la liquidación de divisas de exportación, ya que no sólo expone al exportador
a procesos penales cambiarios, sino también puede generarle muchos obstáculos y
problemas ante la cantidad de sanciones encubiertas que existen en materia
cambiaria.
S.O.S. CONTADOR
Los impuestos también pesan y
mucho. En materia de retenciones, dependiendo del sector, la alícuota
aplicable es significativa. Tener el
certificado MiPyme ayuda, permite entrar en el Régimen Diferenciado para
MiPymes, que las exime de pagar retenciones, si lo que se exporta está en una
lista de rubros del Decreto 302/21.
El régimen desgrava del
pago de derechos a las exportaciones de MiPyMes hasta un valor FOB anual de u$s
500.000. Por las exportaciones en exceso, con un valor FOB anual de entre u$s
500.000 y 1.000.000 inclusive, se aplican retenciones a una tasa equivalente a
la mitad de la que correspondería por el tipo de producto. No alcanza a las
exportaciones por cuenta y orden de terceros, pero aplica a aquellas que se
llevan a cabo a través del Régimen de Exportación Simplificada (Exporta
Simple), realizado a través de prestadores de servicio postal, pero advierten que al estar obligado a liquidar las
divisas de sus exportaciones al dólar oficial, se le termina aplicando, en la
realidad, "un derecho de exportación encubierto".
La exportación de servicios no
paga tasas desde este año. Si esos servicios son de tecnología, también están
beneficiados con las leyes de Economía del Conocimiento (EC) y de Promoción de
la Industria de Software, que permiten reducciones de hasta el 20 y el 60% del
monto total del Impuesto a las Ganancias, incluyendo las percibidas por
exportaciones.
Otro beneficio bastante
atractivo es que las importaciones de productos informáticos de las personas
adheridas en el régimen de EC se encuentran excluidas de cualquier tipo de restricción
para el giro de divisas para el pago de importaciones de hardware y componentes
para la producción de software.
El exportador no sólo debe pagar
las tasas argentinas, sino los derechos de los países a los que vende.
Christian Fuciños, socio de lmpuestos de Deloitte, recomienda analizar el mapa
tributario antes de cerrar el esquema de costos. No solo Argentina posee
requisitos específicos ya sea para la importación como para la comercialización
de productos en su mercado interno. Un ejemplo son las exportaciones de
servicios, que en la región suelen representar un elevado porcentaje del
precio. En ese caso, hay que evaluar si dichas retenciones impositivas podrían
ser computables como crédito fiscal contra el Impuesto a las Ganancias
Argentino.
Algunos insisten en que la clave es asesorarse. Existen varios acuerdos que la Argentina y el Mercosur tienen firmados con otros países que ayudan a acceder a algún mercado, una ventaja frente a otros países. Es importante involucrar al despachante de aduana en el negocio.
A los impuestos hay que
agregarles una serie de costos diversos. La logística es uno de los ítems que
más suma. "Trasladar una mercadería desde Córdoba a Buenos Aires tiene un
costo de u$s 1500 y esto es imposible trasladarlo al mercado internacional. No
es un tema de costos del transporte en sí, sino del costo que tiene en función
de las divisas que debe pagar el comprador del exterior. Los tramites de despachos tienen un costo alto. A eso se le suman
lo que cobran los bancos por recibir y liquidar las órdenes de pago. Por
ejemplo, es imposible exportar repuestos de bajo costo por los excesivos gastos
bancarios.
CUESTIÓN ESTRATÉGICA
Las trabas cambiarias e
impositivas son mercados que no se ganan y que superan a la potencialidad y la
variedad de recursos que tiene el país. Son muchos los factores que
podrían permitir que la Argentina destaque como exportador. Dejando de lado
cuestiones vinculadas con nuestro recursos naturales, como una de las mayores
reservas de litio y shale-gas del mundo, con extensas superficies productivas
agropecuarias, y con una gran superficie marítima, mantenemos un elevado nivel
de su población capacitada en distintas especialidades, con muy buen manejo de
idiomas y destacando siempre por su creatividad.
Otros defienden los nichos de la industria textil nacional. Existe un desarrollo muy interesante de textiles naturales de alta
valorización a nivel internacional, basados en materiales como algodón,
cashmere, camélido, cáñamo y lana y de moda circular, realizada con materiales
manufacturados provenientes de desechos textiles o agrarios. Sería interesante
crear una marca de 'Moda Argentina Sustentable' y posicionarla en ferias,
misiones y rondas comerciales. Piden apoyo para que las pymes
del sector se vuelquen a los mercados externos, como asistencia a la primera
exportación, facilidades para financiar certificaciones y tasas subsidiadas.
Todo lo que está vinculado con servicios informáticos, diseño y de call center son los que tienen mayor capacidad de exportación y de valor agregado más alto, con mayor capacidad de generación de divisas. En cuanto a las actividades productivas, son muchas, pero el agro y la transformación de estos productos son sin duda quienes tienen mejores oportunidades. Podemos sumar las actividades mineras, como el litio.
Fuente:https://www.cronista.com/pyme