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Informes de Salvador Di Stefano

21Jul

Informes de Salvador Di Stefano

21/07/2022 - Julieta Colella

Déficits gemelos: desequilibrio por partida doble



La coyuntura que estamos viviendo está planteada para que el deterioro político y económico se acelere cada vez más. Incluso, hay analistas que están planteando que Argentina estaría transitando la crisis política, social y económica más grave desde el año 2001. Organismos como la Reserva Federal de Estados Unidos, el Fondo Monetario Internacional y consultoras de riesgo internacionales empezaron a ubicar a Argentina como aquel país de América Latina que más posibilidades tiene de enfrentarse, en el corto plazo, una crisis grave. Esto se da en un contexto en el que convergen tanto factores locales como internacionales.


El Ministerio de Economía dio a conocer el resultado fiscal al mes de junio y los números, una vez más, son alarmantes. Los ingresos totales, en comparación a lo recaudado durante junio del año pasado, crecieron un 57,0% mientras que los gastos totales se incrementaron un 66,0%. Continúa la dinámica a través de la cual los ingresos crecen por debajo de los egresos. El déficit primario, es decir la diferencia entre los ingresos y egresos, resultó un 110,0% superior al año anterior.


Si comparamos lo acumulado en los últimos 12 meses con igual período al año anterior, la tendencia es la misma. Los ingresos se incrementaron 68,0% interanual, por debajo de los egresos que subieron 70,0%. El déficit primario resultó 83,0% superior.


Al sexto mes del año 2022 el déficit primario ascendió a $321.645 millones, prácticamente el doble que el resultado negativo del mes anterior. Por su parte, el resultado primario acumulado al primer semestre, registró un déficit de $755.976 millones, equivalente al 0,99% del PBI.


Según dicha relación el producto bruto al segundo trimestre del año sería $76.361.212 millones, medido a precios corrientes. Para que la serie sea más homogénea y permita realizar un mejor análisis, calculamos el promedio simple de los últimos 4 trimestres. En este caso, obtenemos un PBI a precios corrientes de $59.588.500 millones. Dicho valor representa un crecimiento de 14,3% respecto al trimestre anterior y de 66,3% respecto a igual trimestre del año previo. Como está medido a precios corrientes resulta relevante compararlo con la inflación del período. En lo que respecta a la variación trimestral, el PBI creció por debajo de la inflación trimestral, ya que la misma fue del 17,3%. En lo que respecta a la variación anual, el producto bruto solo creció 2 puntos porcentuales por arriba de la inflación. Con respecto al crecimiento del PBI para todo el año 2022, la proyección gira en torno a una tasa de crecimiento entre el 1,5% o 2,0%, simplemente gracias al arrastre estadístico positivo que el crecimiento del año pasado dejó. Si de mérito propio a este año se habla, estaríamos experimentando tasas de crecimiento negativas. Como este año no va a dejar arrastre positivo para el año próximo, para el año 2023 se esperan tasas de variación de nulas a negativas.


Volviendo al déficit fiscal, los números de junio son resultados correspondientes a la gestión de Martín Guzmán. Para poder convalidar los primeros anuncios de la nueva ministra de economía, Silvina Batakis, respecto al equilibrio fiscal, debemos esperar al 20 de agosto, cuando se conozca el resultado fiscal correspondiente al mes de julio. Es mucho tiempo para la situación que está atravesando la economía argentina, la cual necesitaría evidenciar hechos inmediatos para empezar a cambiar.


Sin embargo, el déficit fiscal no es el único desequilibrio macroeconómico que experimenta la economía argentina. Hacía desde el año 2018 que Argentina no experimentaba déficit de balanza comercial (a excepción de diciembre 2020, cuándo el déficit comercial fue de U$S 364 millones). En junio volvimos a tener déficit de balanza comercial, importando U$S 115 millones más que lo exportado.


Según el último dato informado por el INDEC a junio de este año, si bien el intercambio comercial (exportaciones más importaciones) aumentó 31,4% en relación con igual mes del año anterior, y alcanzó un nivel récord de U$S 16.979 millones, la balanza comercial registró un déficit de U$S 115 millones. Las exportaciones totales crecieron 20,3% respecto a junio 2021, gracias a la suba de precios de 20,7%, porque las cantidades exportadas cayeron 0,4%. Por su parte las importaciones crecieron a una tasa ampliamente superior, 44,6% en comparación al año anterior. En este caso, los precios se incrementaron 26,4% y las cantidades aumentaron 14,6%.


Durante el invierno, hay un efecto estacional que influye fuertemente en las importaciones. Por ejemplo, al mes de junio, se destacaron aumentos en las compras de gas natural licuado y en estado gaseoso. Este tipo de importaciones deberían mermar notablemente una vez ingresemos en la primavera por lo que, para el mes de septiembre en adelante, deberíamos volver a experimentar superávit comercial.


Al margen de esto, el aumento en las cantidades importadas corresponde al atraso cambiario y a la amenaza latente de una fuerte devaluación del dólar mayorista, así como también a la amenaza a mayores restricciones a importar.


Argentina volvió a experimentar lo que en economía se llama Déficits gemelos o Doble déficit, situación en la que un país registra al mismo tiempo desequilibrio fiscal y de cuenta corriente. Ambos desequilibrios se retroalimentan entre sí, generando una sensación de mayor desconcierto, desconfianza, incertidumbre e inestabilidad.


El déficit fiscal indudablemente obliga al gobierno a aumentar la emisión monetaria, y el resultado de una mayor emisión, conocido por todos, es mayor inflación. Lo que preocupa y mucho es la inflación de julio. Entre la sumatoria de restricciones a las importaciones, suba de los tipos de cambio y alta emisión se generó una fuerte escalada de los precios. Algunos analistas ya suponen que podría oscilar entre el 7,0% y 8,0%. Otros más pesimistas están hablando del 10,0%. Habría que trasladarse a abril 2002 (10,4%) o abril 2016 (7,6%) para encontrar valores de inflación similares para un único mes.


El déficit de cuenta corriente debilita aún más a las reservas del Banco Central. Frente a este escenario es muy factible que el gobierno intervenga aplicando mayores restricciones a las importaciones y al dólar, ya sea al oficial, turista o cualquiera de los alternativos, MEP o CCL. El gobierno está confiando en que el campo va a liquidar soja, mientras que nosotros creemos que no va a ser así ya que no hay ningún incentivo a vender.


No vemos motivos por los cuales las reservas del Banco Central vayan a aumentar de acá a fin de año, seguimos viendo un número de escasas reservas. Por el contrario, sí vemos motivos por los cuales los pasivos monetarios aumenten, principalmente por la partida de la emisión monetaria. Cada vez le resulta más difícil al gobierno conseguir financiamiento genuino, ya sea por el lado de la recaudación o por el lado de la financiación a través del mercado local.


En lo que va de julio, el Banco Central perdió U$S 900 millones, perforando así las reservas brutas el nivel de los U$S 40.000 millones. Cada vez que el BCRA cruzó esa barrera, empezó a mostrar un estado de debilidad, justamente lo contrario a lo que la economía argentina necesita.  


Conclusiones


. – El déficit primario del primer semestre del año significo el 1,0% del PBI. Esto fue resultado de la gestión de Martín Guzmán. Para ver los resultados de Batakis, debemos esperar a conocer las cuentas públicas al mes de julio. Desde ya que no esperamos alcanzar el equilibrio fiscal en julio, pero sí creemos que el déficit debería ser menor.  


. – El PBI a precios corrientes está creciendo por debajo de la inflación. Este año, podría crecer entre el 1,5% o 2,0%. Para el año próximo la exceptiva es de recesión.


. – Argentina volvió a experimentar déficit gemelo, desequilibrio tanto en las cuentas públicas como en la cuenta corriente. Creemos que el déficit de la balanza comercial se debe a una cuestión estacional. Entrada la primavera esta situación debería revertirse.


. – De todas formas, no vemos motivos por los cuales las reservas brutas hacia fin de año fueran a aumentar. Sin embargo, si creemos que los pasivos monetarios del BCRA van a subir. Por lo tanto, no descartamos un dólar a fin de año en torno a los $400, ya que eso nos estaría indicando el dólar de equilibrio a diciembre 2022.


. – Con estos valores récord del dólar informal y de los alternativos, resulta más conveniente vender dólares antes que vender mercadería para hacerse de pesos. A estos precios no estamos recomendando comprar dólar billete. Sí estamos recomendando stockearse de mercadería. Creemos que, cuando las turbulencias pasen, el precio del dólar podría bajar. Lo que seguramente suceda va a ser que, cuando el precio baje, se va a surgir una opción de compra porque, hoy quienes quieren adquirir dólar billete, no lo está haciendo debido a los elevados precios, entonces cuando su valor retroceda, la demanda de la divisa va a aumentar, y eso seguramente genere que, tarde o temprano, el precio vuelva a subir por el simple efecto de aumento de la demanda.

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