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Me gusta el campo

17Set

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17/09/2025 - Marianela De Emilio

Rentabilidad Objetivo para agro empresas



Rentabilidad, entendida como la capacidad de generar beneficios o ganancias en relación con una inversión, es la que mide el rendimiento de un negocio, y proponer una rentabilidad objetivo es el primer paso para analizar la conveniencia de una inversión. Poner sobre la mesa los datos necesarios para proyectar y alcanzar la rentabilidad objetivo de las empresas agrícolas es una tarea fundamental para planificar la producción y comercialización de cada campaña, siendo esto la base de la gestión agrícola.

·         Desde el presupuesto hasta rentabilidad objetivo agrícola

La actividad agrícola extensiva cuenta con cultivos anuales cuyo ciclo se completa generalmente en seis meses, habiendo combinaciones de doble cultivo anual, de las que trigo/soja es la más practicada, por lo que cada año debe enfrentarse a calcular un nuevo presupuesto para avanzar con la planificación productiva y comercial de la campaña entrante.

La inversión realizada para implantar cada cultivo, así como los costos asumidos por cosecha y comercialización, forman parte de los costos directos, por estar directamente vinculados a la actividad realizada. Los alquileres agrícolas pueden ser considerados costos directos dado que están directamente vinculados a la actividad, suelen ser renegociados cada año y, como más del 60 % de la superficie agrícola argentina esta bajo arriendo, vale la pena analizar el alquiler aún como costo de oportunidad de campo propio. Este es un criterio de análisis discutible, sin embargo, permite reflejar gran parte del riesgo de la actividad por el peso que resulta tener sobre los costos directos.

Con los costos directos y el ingreso bruto presupuestados, este último según rendimientos potenciales y precios futuros a cosecha, se obtiene por diferencia (Ingreso Bruto – Costos Directos) el margen bruto de cada cultivo. Por último, el cociente entre margen bruto y costos directos (Margen Bruto / Costos Directos) resulta en una medida de rentabilidad sobre margen bruto, al permitir saber cuál es el retorno por cada dólar puesto en cada campaña, antes de pagar costos indirectos (costos d estructura, impuestos, etc.).

Al presupuesto de costos, ingresos, márgenes y rentabilidad debe seguir la propuesta de rentabilidad objetivo, determinada según el retorno esperado y objetivos financieros, la diferencia entre la rentabilidad presupuestada y la rentabilidad objetivo es lo que indicará que ajustes hacer en la planificación productiva y comercial para que estas dos rentabilidades coincidan o se acerquen lo más posible.

  • ·      Caso ejemplo: Trigo / Soja de segunda

Considerando que el doble cultivo trigo/soja representa gran parte del área agrícola argentina, se propone como ejemplo para mostrar la importancia del presupuesto y la rentabilidad objetivo.

En el cuadro puede verse el presupuesto completo del doble cultivo para la campaña 2025/2026. Se consideran costos con tecnología modelo para zona núcleo agrícola, con rendimientos promedio de la zona para campos con costos de alquiler de 16 quintales de soja por año. El trigo y la soja de segunda pagan mitad de alquiler cada uno, es decir, 8 quintales de soja, con precio futuro a mayo 2026. Los precios a cosecha son tomados del futuro MATBA-ROFEX diciembre 2025 para trigo y julio 2026 para soja de segunda. Los costos de comercialización consideran flete a puerto de 120 kms.

Se observa que, a los precios futuros actuales, con los rendimientos proyectados, el margen de trigo resulta negativo y ofrece un retorno negativo del -6 %, quitando 6 centavos de dólar por cada dólar de costo directo, es decir, por cada dólar el cultivo devuelve 94 centavos de dólar. La soja de segunda, por otro lado, resulta en margen positivo y ofrece una rentabilidad sobre margen bruto de 36 %, es decir, por cada dólar de costo directo el cultivo devuelve ese dólar más 36 centavos de dólar. 


Cuando se aúnan los costos y márgenes del doble cultivo, la soja de segunda compensa las pérdidas del trigo y resulta en un margen de U$S 192/ha, cuya rentabilidad sobre margen bruto es del 13 %, es decir, por cada dólar de costo del doble cultivo, se recupera dicho dólar y se suman 12 centavos de dólar.

La rentabilidad resultante del presupuesto debe ser confrontada con la rentabilidad objetivo, que dependerá de cada agro empresa en función del capital en riesgo y las alternativas con las que compare esta actividad para destinar dicho capital. A los fines de completar el ejemplo, si la rentabilidad objetivo para la campaña 2025/2026 fuera 15 %, habría que hacer algunos ajustes, los que pueden hacerse a través de rendimiento o precio que permitan mayor margen de alguno de los dos cultivos o ambos. La baja de costos es otra de las formas de elevar el margen, sin embargo, se considera que los costos están ajustados para lograr los rendimientos propuestos.

Considerando costos directos del doble cultivo en U$S 1.468 por hectárea, para lograr una rentabilidad objetivo de 15 %, el margen del doble cultivo debería resultar en U$S 220/ha (1.468 * 15 %), lo que significa sumar U$S +28/ha al margen bruto presupuestado.

Para sumar valor al margen será necesario sumar kilos de rendimiento al trigo y/o a la soja de segunda, o bien mejorar los precios de venta de uno o de los dos cultivos. La suba de rendimientos podría estar dada por ajustes tecnológicos que busquen romper techos productivos, lo que seguramente requerirá ajustar costos o bien por mejores resultados en respuesta a una campaña benigna, como se espera para la 2025/2026. La suba de precios puede darse por subas en el mercado de futuros, que sean tomadas a través de cobertura de precios para limitar riesgo de bajas a cosecha, puede darse también por convenios comerciales anticipados con precio, que mejoren los precios futuros actuales, por último, podría darse por subas de precio en post cosecha, aunque dejar el total de las ventas expuesto a posibilidades de subas, resulta en una completa exposición a riesgo de bajas. Estos planteos son los que permite el trazado de presupuestos precampaña junto a la determinación de rentabilidad objetivo.

 

  • ·      Puntos de indiferencia y rentabilidad objetivo

Utilizar programas de margen bruto para el armado de presupuestos precampaña permite calcular indicadores fundamentales para interpretar el nivel de riesgo productivo y comercial de cada campaña. Con los costos e ingresos del ejemplo trigo / soja de segunda, se obtienen precios y rendimientos de indiferencia de cada cultivo, que indican a qué precio, con los rendimientos presupuestados, el margen bruto resulta en cero, y a que rendimientos, con los precios presupuestados, el margen bruto resulta en cero.  

La lectura de los cuadros dice que, frente a rendimientos de trigo de 40 qq/ha, el precio que resulta en margen bruto igual a cero dólares por hectárea, es decir, el precio que permite pagar todos los costos directos sin dejar un solo centavo de margen es U$S 20,05/qq, un valor superior al precio actual a cosecha de trigo 25/26, en el mismo cuadro puede verse el precio que, con el mismo rendimiento, permitiría un margen positivo de U$S 28/ha, para alcanzar el margen del doble cultivo calculado en el punto anterior, y ese precio es U$S 20,8/qq, más alejado aún del actual precio futuro a cosecha, mucho más lejos queda el precio para un margen de U$S 50/ha, con precio de U$S 21,45/qq. Vale recordar que el precio futuro diciembre 2025 cotizo por encima de U$S 21/TN desde el 3 de febrero hasta 11 de abril del corriente 2025, lo que muestra la relevancia que tiene presupuestar y tomar decisiones de cobertura de precios en pre siembra cuando hay oportunidad de precio futuro a cosecha.

Por otro lado, siguiendo con trigo, se observa que, a precios de cosecha de U$S 18,7/qq, para lograr margen bruto de cero, se requiere de rendimientos de casi 43,5 qq/ha, para márgenes de U$S 28 y 50/ha los rendimientos debieran escalar a 45,5 y 47 qq/ha respectivamente. La actual campaña posiblemente resulte en rendimientos más altos ante la excelente provisión de lluvias de muchas zonas productivas, lo que lleva a recalcular precios a cosecha y tomar cobertura de precios mínimos para los volúmenes que deban ser liquidados a cosecha, a fin de cubrir riesgo de más bajas.


La soja de segunda muestra precios y rendimientos de indiferencia por debajo de los presupuestados, coherente con el resultado positivo de los márgenes, así como muestra los precios y rendimientos que permiten obtener el margen presupuestado, U$S 240/ha, y un margen U$S +28/ha superior, U$S 268/ha, para lograr la rentabilidad objetivo del doble cultivo, planteado en el punto anterior. Para el último caso, puede verse que podrían buscarse precios de U$S 31,46/qq para un rendimiento de 30 qq/ha, o bien, a precios actuales de U$S 30,4/qq, apuntar a rendimientos de 31,2 qq/ha. Sumar margen a la soja de segunda, libera al trigo de aportar esos dólares. Para soja es importante ver los precios actuales como la oportunidad de limitar riesgo de bajas a cosecha, tomando coberturas que ofrezcan flexibilidad al alza, tales como las opciones PUT.

Conclusiones: La producción agrícola es una empresa a cielo abierto que cotiza en mercados competitivos. El margen de maniobrabilidad de cada agro empresa lo ofrece el nivel de gestión que permite anticipar resultados magros, y desafía a ser más eficientes en el uso de los recursos, elevando productividad por cada dólar invertido, así como limitar riesgo de baja de precios a través de cobertura de precios, cuando los precios futuros en pre siembra y/o precosecha ofrecen potencial de rentabilidad.

El ejercicio de presupuestar junto a la determinación de rentabilidad objetivo permite avanzar en la toma de decisiones durante la planificación productiva y comercial, elevando el nivel de gestión en cada campaña.  

Marianela De Emilio

 Ing. Agr. Msc. Agro negocios

      deemilio.marianela@inta.gob.ar

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