
05Ago
Para pensar
05/08/2025 - Ramiro Montes
La incidencia de los impuestos municipales en las empresas
De acuerdo al Vademécum Tributario Argentino correspondiente al año 2025, elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), en nuestro país se identifican 155 diferentes tributos entre los niveles de gobierno nacional, provincial y municipal.
Según este mismo Instituto, del total 85 son impuestos municipales, una cifra que exhibe la dimensión de la presión fiscal en el ámbito comunal.
Resulta importante remarcar que se denomina tributo al pago que se realiza al Estado para que éste lo administre a través de las operaciones mediante las cuales provee a la ciudadanía de bienes y servicios.
Los tributos pueden clasificarse en impuestos, tasas y contribuciones. La diferencia fundamental entre un impuesto y una tasa o contribución específica es que en los primeros se grava una manifestación de capacidad contributiva que no precisa ser acompañada de una contraprestación específica por parte del Estado, en tanto que en el caso de tasas y contribuciones la obligación de pago se origina en la prestación estatal de un bien, obra o servicio, que beneficia de manera focalizada al contribuyente, actualmente en la práctica ( muchos de ellos) se terminan transformado en impuestos, ya sea por la falta de contraprestación o bien por una mala o incompleta prestación de servicios por parte de los municipios.
Como puede observarse los impuestos municipales tienen una incidencia importante en la competitividad empresarial, la formación de precios y la asignación de inversiones en la Argentina, como así también en el costo de financiamiento.
Un Informe de Tasas Municipales elaborado por el Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina (UIA) advierte que, durante el año 2024, se crearon nuevas tasas y hubo aumentos de alícuotas a nivel municipal. Este fenómeno se intensificó principalmente en la provincia de Buenos Aires, donde 13 de los 45 municipios relevados aumentaron las alícuotas, mientras que solo un municipio decidió reducirlas.
Este mismo estudio identificó que una de cada tres obligaciones municipales responde a la Tasa de Inspección de Seguridad e Higiene (TISH). Este tributo, que impacta de manera directa sobre la actividad productiva y comercial, equivale al 0,7% de la recaudación total si se consideran los tres niveles de gobierno, y representa aproximadamente el 1,8% del precio final de distintos productos alimenticios.
El otro gravamen con fuerte presencia es la Tasa de Habilitación de Actividades Económicas (THAE), utilizada para autorizar formalmente el funcionamiento de los comercios e industrias. Según los datos recopilados, el porcentaje promedio que abonaban las empresas industriales era de 0,79% en 2022, mientras que en 2024 alcanzó el 0,85%. Respecto del impacto de las tasas municipales en el costo de financiamiento, la intensificación de la presión tributaria explicó el aumento del costo del crédito durante los últimos años. Las entidades financieras afrontaron subas casi constantes en las alícuotas provinciales y municipales desde 2009, de acuerdo con un informe del IERAL y la Fundación Mediterránea.
Según el análisis, la carga tributaria llegaría a explicar aproximadamente el 44% del costo total del préstamo. En términos concretos, si una persona paga una cuota mensual de un crédito personal que incluye u$s1.000 en concepto de intereses, en realidad abona u$s 440 correspondientes a impuestos, mientras que los restantes u$s560 representan la tasa de interés neta aplicada por la entidad financiera.
Entre los gravámenes más relevantes figuran el impuesto sobre créditos y débitos bancarios, conocido como impuesto al cheque, impuestos a los ingresos brutos aplicados sobre operaciones de créditos, y el impuesto de sellos que grava transacciones con tarjetas y otros instrumentos. A esto se suman las tasas municipales por sucursales, cajeros automáticos y terminales de autoservicio.
Conclusión
Se reporta la creación de nuevas tasas municipales en varios municipios, así como el aumento de las alícuotas de las tasas existentes lo cual genera una preocupación en el sector empresarial por la carga fiscal y su impacto en la competitividad. También se advierte sobre problemas de doble imposición en algunas tasas, como la Tasa de Higiene y Seguridad (THS) y la Tasa de Habilitación de Actividades Económicas (THAE). Además un porcentaje significativo de las tasas municipales no se corresponden con servicios efectivamente prestados, transformándose en un impuesto más. Por otro lado los regímenes de recaudación de impuestos y tasas pueden generar costos administrativos adicionales para las empresas.
Es momento de repensar el sistema tributario, si realmente queremos empresas florecientes y una economía en crecimiento, ante ello surge la imperiosa necesidad de realmente comenzar a bajar impuestos, caso contrario el sector privado seguirá navegando en una zona de constantes de complicaciones.
Ramiro Montes
Contador Público
Magister en Adm. de Empresas
Miembro de la Asoc. Arg. de Estudios Fiscales
Fundador de Montes & Asoc.