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Para pensar

14Oct

Para pensar

14/10/2022 - Salvador Di Stefano

Bicicleta financiera, importaciones y una suba de tasas timorata



Los bonos en pesos revelan que, a 12 meses vista, la tasa de inflación y la probable tasa de devaluación del dólar mayorista podría ser cercana a los 3 dígitos.

La letra del Estado que opera con vencimiento el 16 de diciembre de 2022 rinde el 114,0% anual, mientras que la letra del Estado que opera a igual vencimiento y ajusta por inflación rinde inflación menos 0,6% anual. Esto implica que la inflación esperada para arbitrar la tasa de la letra ajustada por inflación versus la letra a tasa de descuento es del 114,6% anual.

Un análisis similar se podría realizar con el Bonte 2023 que vence el 17 de octubre del año 2023 y rinde el 116,0% anual, mientras que un bono de similares características como el T2X3, que vence en agosto del año 2023, rinde inflación más 5,0% anual. Esto implica que la inflación esperada para arbitrar las tasas rondaría el 111,0% anual.

Si la comparación la hacemos entre un bono en pesos y un bono que ajusta por dólar mayorista, la expectativa de variación del tipo de cambio rondaría el 114,0% anual.

Con estos tres datos estamos en condiciones de afirmar que es muy probable que, en el próximo semestre, vayamos a asistir un cambio en el patrón decisorio del Banco Central. Por el momento la tasa de interés corre por detrás de la tasa de inflación y el tipo de cambio aumenta menos que la tasa de interés.

Si suponemos que el día viernes la tasa de inflación es del 7,0% mensual en septiembre, y especulamos que la inflación anual es del 85,0%, al comparar este dato con la evolución del tipo de cambio que, en los últimos 12 meses, aumentó el 49,2% anual, esto implica que tendríamos una inflación en dólares del 35,8% anual.

Lo que quedaría por averiguar es cómo moverá las tasas el Banco Central. En caso que el Banco Central quiera una tasa de interés que esté por debajo de las tasas de mercado, tendríamos que tener una tasa de interés nominal que, medida como efectiva, nos dé un valor inferior a 114,0% anual, esto implicaría una tasa que aumentaría del 75% al 78% anual, esto me daría una tasa efectiva del 112,9% anual, que estaría debajo de una tasa de letra de Tesorería a 63 días de plazo que está en el 114,0% y por debajo de la tasa de un bono con vencimiento el 17 de octubre de 2023 que rinde el 116,0% anual.

Bajo esta hipótesis de trabajo, el Banco Central seguiría con la política que instauró en el mes de enero de 2022, cuando comenzó con un aumento de tasa de interés que se ubica por debajo de la inflación esperada a futuro. Esto hace que quienes ahorran no desean colocarse en pesos a plazo fijo, porque pierden poder adquisitivo, mientras que aquellos que conseguían financiarse a tasas subsidiadas hacen grandes negocios.

Por otro lado, el gobierno aumenta el dólar mayorista a una tasa inferior a la tasa de inflación, por ende, el deporte nacional en el primer semestre del año era financiarse en el mercado tomando créditos a tasas subsidiadas y comprar productos importados, esto les da margen a los empresarios para venderlos a buen precio, con un crédito reglado y realizando grandes ganancias. Esto llevó a que el Banco Central se quedara con pocos dólares, ahora en lugar de cortar la bicicleta financiera, lo que hace es prohibir las importaciones.

En el mes de abril el gobierno comenzó a pedirle a las empresas, que los productos que importaban les habilitaría el pago a los 180 días. El paso del tiempo nos coloca en noviembre y la demanda de dólares para realizar pagos al exterior comenzaría a crecer a partir de ese mes.

El gobierno sigue con pocos dólares, si bien hace pata ancha porque las reservas superan los U$S 40.000 millones, eso se produjo por el crédito calesita del FMI, por un lado, te da U$S 3.900 millones, y luego te los saca para cobrarse lo que antes te prestó. La realidad indica que en el mejor escenario nuestras reservas son de U$S 36.000 millones, no nos hagan despejar el crédito chino, los encajes y el oro, porque allí sí que no nos quedan reservas.

Esta política monetaria, de tasas de interés negativas para préstamos a empresas no ha dado ningún resultado, solo ha generado que las empresas tomen financiamiento para importar o producir tapando sus ineficiencias. Quien tomó un crédito en el primer semestre, hoy lo tiene licuado gracias a la desastrosa política monetaria que elevó fuertemente la inflación proyectándola en tres dígitos para diciembre. Lo inverso le ocurrió a quien ahorró en pesos, y la inflación le borró la sonrisa. El que ahorraba para comprarse un auto de gama alta, hoy con suerte se compra un auto de gama media y base.


Conclusiones

El día viernes se conocerá la tasa de inflación y el Banco Central anunciaría una suba de tasas, con estas probabilidades:

. - Si deja la tasa en el 75% anual, esto impulsará la toma de posesión de dólares por parte de los especuladores, una tasa baja invita a arbitrar pesos por moneda extranjera.

. - Si aumenta la tasa a niveles del 78% anual, tiene gusto a poco, no es ni chicha ni limonada. El arbitraje de pesos a dólares se notará en el mercado.

. - Si la tasa sube a niveles del 85% anual, estaríamos en un cambio de plan económico, la tasa sería similar a la tasa de inflación y esto dejaría neutro los rendimientos en el mercado, no sería negativa y esto es un paso adelante. Por allí con esta tasa, los agentes económicos se vuelquen menos a los dólares.  

. - Lo mejor sería subir la tasa a niveles del 90% anual, esto les dejaría una gran utilidad a los ahorristas, y seguramente habría preferencias por invertir en pesos, antes que en dólares.

No creemos que el ministro y el presidente del Banco Central se animen a violar el mandato de la vicepresidente, que desea manejarse con tasas de interés negativas para el empresariado local y evocando una economía cerrada que nos atrasa como país. En este contexto, seguirán faltando dólares y volverán a brillar en el escenario los dólares alternativos. La inflación seguirá potenciándose a futuro, en un escenario en donde el cierre de la economía eleva los precios internos.

Un ejemplo de intervención de mercado es el dólar turístico, con el encarecimiento de los viajes al exterior, algunos lugares de la costa argentina, estarán tan caros como Mónaco, pero con la inseguridad de la bonaerense. 

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