10Jun
Para pensar
10/06/2022 - Julieta Colella
Crédito escaso y más caro
A pesar de los precios máximos de las materias primas que Argentina
exporta, y de estar transitando la época de la cosecha, el Banco Central República
Argentina exhibe Reservas Netas negativas. Las Reservas Brutas continúan en torno
a los U$S 42.000 millones, y no creemos que puedan incrementarse mucho más.
En el sistema financiero argentino ocurre la siguiente situación.
Existen dos formas de ingresar dólares al país. Por un lado, el sistema
tradicional, utilizando el Mercado Único y Libre de Cambios, a través del cual
cada dólar es considerado según la cotización del dólar mayorista, es decir, en
torno a $122. Por otro lado, a través del mercado bursátil, teniendo en cuenta
la cotización del dólar contado con liquidación, en torno a $222. Con una
brecha cambiaria del 80,0% es inviable que los dólares ingresen a través del
sistema tradicional, por ende, son dólares que no ingresan al Banco Central. Por
este motivo, las expectativas no son de incremento de las reservas.
El dato de las reservas es tenido en cuenta para calcular el dólar de
equilibrio, valor al que deberían tender todas las cotizaciones. Al finalizar
el mes de mayo, los pasivos monetarios ascendieron a $ 9.246.235 millones, los
cuales, divididos por las reservas brutas de U$S 41.561, devuelve un dólar de
equilibrio de $222,6. A diez días del mes de junio, el dólar solidario cotiza
$209,6, el dólar informal $212, el dólar MEP $219,7 y el dólar contado con
liquidación $224,2. Todos giran en torno al dólar de equilibrio.
Por su parte, en el sistema financiero argentino cada vez hay más depósitos y menos préstamos, ya sea en pesos como en dólares. El 20,0% de los depósitos en dólares se convierte en crédito al sector privado y el 42,5% de los depósitos en pesos van como crédito en pesos también al sector privado.
Con respecto a los depósitos en pesos, frente al elevado contexto inflacionario que estamos experimentando, los plazos fijos ajustados por inflación se convirtieron en un instrumento de inversión codiciado por los inversores. Mientras a mediados del año 2020 el 4,3% de los plazos fijos totales eran ajustados por inflación, dos años después, a mayo 2022, dicha relación ascendió al 5,6%.
Por el lado de los préstamos, se observa que, cada tipo de préstamo como porcentaje de los préstamos totales muestran una fuerte caída, principalmente en los préstamos hipotecarios y préstamos a individuos. Esto significa que se abre una ventana de oportunidades interesantes para dar préstamos personales por el sistema no bancario o ya sea a través de mutuales.
A su vez, las tarjetas de crédito también pierden peso relativo y eso demuestra que, a futuro, seguramente haya menos consumo. Esto está presagiando una economía urbana más densa de lo que ya se está viviendo. También resulta una alerta para el sector empresario porque, lo que le está pasando a la economía urbana, le puede pasar a ellos también.